Según el reporte elaborado por la
organización, nuestro país se encuentra además al final de la lista por sus
malos resultados en relaciones sociales, seguridad y vivienda. La otra cara de
la moneda, indica, es el empleo y la satisfacción personal. Las naciones que se
encuentran con los mejores índices de bienestar son: Australia, Canadá y
Estados Unidos.
Los países nórdicos europeos,
Australia, Canadá y Estados Unidos son los países de la OCDE con mejores
índices de bienestar, según un informe presentado hoy.
Hungría, Portugal, Estonia,
Chile, México y, sobre todo Turquía, figuran en los últimos puestos de la mayor
parte de los once parámetros y 22 indicadores para la medida del bienestar
utilizados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE).
Si todos los parámetros fueran
considerados con el mismo peso específico, Australia sería el país de la OCDE
con mejor índice de bienestar, seguido de Canadá, Suecia, Nueva Zelanda,
Noruega, Dinamarca, Estados Unidos, Suiza, Finlandia y Holanda.
España se coloca en la mitad
inferior de la tabla en niveles equivalentes a Israel o Eslovenia, que le
superan ligeramente, y a la República Checa o Italia, a los que sobrepasa
también por poco.
Luxemburgo, pese a ser con
diferencia el país con mayores ingresos por habitante, sólo aparece en undécima
posición si se ponderan igualmente los parámetros, con los que se pretende
medir el bienestar más allá del Producto Interior Bruto (PIB).
El informe valora once
dimensiones: ingreso y riqueza, empleo, vivienda, salud, compaginación de vida
laboral y privada, educación, relaciones sociales, actividad cívica y
gobernanza institucional, calidad medioambiental, seguridad personal, y
percepción subjetiva del bienestar.
México se significa como el país
con mayor inseguridad (medida con la tasa de homicidios y delitos) con una nota
de 0, pero también con el peor resultado en educación (0,4), uno de los peores
en ingresos por habitante (0,7) y muy mediocres en compaginación de vida
laboral y privada (3,3), vivienda (3,6) y salud (3,7).
En términos comparativos, las
estadísticas mexicanas son buenas en el empleo (7,1 sobre un máximo de 10) y en
la satisfacción personal con la vida (6,7).
Chile aparece en la última
posición en ingresos (0) y en calidad medioambiental (0) y tiene malos
resultados en relaciones sociales (3,4), seguridad (3,4), vivienda (3,9) o
educación (4,2). La otra cara de la moneda es el empleo (6,5) y la satisfacción
personal (6,1).
España es el último de la OCDE en
empleo, con una nota de 1,8, y tiene resultados comparativamente bajos en
ingresos por habitante (2,5), educación (4,2) y satisfacción personal (4,8).
Sus notas más elevadas las obtiene en salud (7,4), relaciones sociales (8,1),
vivienda (8,3) y seguridad (8,3).
Este trabajo, presentado
inicialmente el pasado mes de mayo con motivo de la reunión ministerial de la
organización en su 50 aniversario, permite además constatar la incidencia de
algunas desigualdades sociales.
Sus autores destacaron que en
ciertos países (en especial los nórdicos) las desigualdades son manifiestamente
menores, y también que algunos grupos de población, sobre todo los que disponen
de menos ingresos y de menos nivel de educación y formación, sufren en general
las peores condiciones de bienestar.
A modo de ejemplo, hay amplias
disparidades en la salud entre las personas por sus ingresos y eso se puede
atribuir en parte al estilo de vida y a las condiciones medioambientales.