martes, 14 de mayo de 2013

El lucro: Santo patrono de la Derecha y Centroderecha chilenas


Se acabaron las especulaciones y los malos entendidos. El Presidente de la República aclaró finalmente, y de forma absoluta, el intríngulis que creció en los gobiernos concertacionistas y que fue un sólido punto de quiebre durante la administración de Harald Beyer en el MINEDUC.

“Algunos han tratado de identificar lucro con abuso, con injusticia, con enriquecimiento ilícito, con mal uso de recursos públicos (…) Eso es una caricatura, porque yo estoy contra eso y la mejor prueba es que este es el primero gobierno que ha fiscalizado el mal uso de los recursos públicos, hemos cerrado  escuelas y  universidades”. Esa fue una de las declaraciones de Sebastián Piñera que publicó el diario “

De inmediato surgieron voces disonantes respecto de esa audaz afirmación presidencial, ya que el rector de la casa de Bello (Universidad de Chile), Víctor Pérez, criticó fuertemente el proyecto de ley de Superintendencia de Educación Superior, cuyo trámite legislativo el gobierno desea apurar en el Congreso –según declaró la nueva ministra de Educación- y que, por el contrario, las organizaciones estudiantiles solicitan sea retirado del Parlamento. Dijo el rector Pérez: “lejos de desterrar el lucro en la educación universitaria, (Piñera) pretende legalizarlo por la vía de regular las relaciones entre empresas relacionadas y las universidades”.

El gobierno es consciente de que le resta poco tiempo para ‘amarrar’ algunas leyes que en el área de la Educación resultan ser prioritarias e inexcusables para gran parte del empresariado y del mismo duopolio gobernante. Tales proyectos constituyen hoy más que nunca-una tarea de acción vital para La Moneda, y la ministra Carolina Schmidt tendrá como misión apurar sus trámites en un Congreso algo díscolo últimamente respecto a los objetivos ultra neoliberales del Ejecutivo.

El nombramiento de la señora Schmidt en el Ministerio de Educación deja en claro por fin la real posición y objetivos del gobierno en esas materias, ya que una ingeniero comercial, empresaria, gerente de Viñas, miembro destacado del grupo empresarial Luksic, etc., vale decir, una persona sapiente e interesada sólo en movimientos de dinero y formas para obtenerlo y administrarlo, significa en estricto rigor que nada o muy poco tiene que ver con los aditamentos y requerimientos profesionales y técnicos impetrados por un área tan sensible e importante como es la Educación.

A tal extremo ha llegado la defensa que hacen algunos derechistas respecto de este asunto en materias educacionales, que la diputada María Angélica Cristi (epítome del fundamentalismo ultra neoliberal), en el paroxismo derechista en esta cuasi guerra por el lucro llegó a declarar (y cito textual): “Debemos velar para no llegar a una situación como la de 1973”.  Un exceso, a todas vistas… pero fiel reflejo de la tozuda postura predadora que el oficialismo tiene en estas materias, lo que me lleva a recordar un mal chiste escuchado algún tiempo atrás en una de mis participaciones en paneles universitarios.

El ‘chiste’ (que no lo es, pues se trata de una caricaturización), cuenta que: “un derechista es asaltado al llegar a su casa en medio de la noche; dos tipos le apuntan a la cara con sendos revólveres y le gritan: ¡¡la bolsa o la vida!!, a lo que el derechista responde rápidamente: ¡¡la vida, pues, la vida… la bolsa JAMÁS!!”
El gobierno de Sebastián Piñera y el empresariado más ambicioso y predador que Chile ha conocido en las últimas décadas, instalaron el lucro como una especie de ‘santo patrono’, cuyos santuarios principales se encuentran sitos en Casa Piedra, La Moneda, el Mineduc y en el Congreso nacional, además de  algunas capillas ubicadas en sedes de tiendas partidistas como RN, UDI, PDC e, incluso, PPD. Un par de amigos, muy pesados a la hora de bromear, me aseguraron que también, respecto del non far niente (no hacer nada) en contra de ese santo patrono, había una que otra ‘animita’ en las sedes del PS y del PC.

Para la derecha, esta del lucro es la “madre de todas las batallas” de aquí a noviembre próximo, fecha en la que tanto RN como la UDI esperan lograr, electoralmente, guarismos que les permitan mantener  el estado de situación, pues son conscientes de que con el cuadro actual les basta contar con el 28-30% de los votos -jamás ha obtenido ella menos del 33%, como sucedió en los comicios edilicios de concejales de 2012- para tener en su poder el total control de los cuatro quórum calificados, a objeto de seguir siendo propietaria absoluta del “derecho a veto”, con el cual derrumba todo proyecto o iniciativa de ley que sospeche atentatorios contra el lucro o contra la depredación económica y laboral que a gran parte del empresariado motiva y atrae como la miel a las moscas.

De lo anterior se deduce que esa misma derecha sabe (y lo sabe muy bien) que el actual ‘empate político’ con la Concertación no proviene del resultado de coaliciones de igual guarismo electoral o poder equivalente, sino que es producto de un diseño institucional (Constitución de 1980, que incluyó la demarcación de distritos) creado para que un determinado bloque (en este caso la Alianza derechista) contase siempre con sobre representación en el Poder legislativo. La suma de tales artimañas y condiciones insalvables seguirá siendo puesta en práctica por la alianza gobernante –incluyendo, por cierto, apoyos transversales de algunos supuestos opositores-, en orden no sólo a cautelar “el lucro (mal)entendido como ganancia legítima” sino, además, consolidarlo para que tenga una feliz y larga existencia, misma que impetra la mantención del statu quo binominal.

En los distintos santuarios donde se venera al santo patrono Lucro hay también virgencitas y santitos representando al bicameralismo, al binominalismo, al neoliberalismo y, cómo no, a la portentosa y milagrosa ‘democracia protegida’, madre semi divina que recibe todos los rezos derechistas desde Jaime Guzmán a la fecha.

Pero, ¡ojo y cuidado!, porque no sólo en la Derecha existe interés en mantener intocable e impoluto el “derecho a lucro”, pues también la Centroderecha o Concertación – desde hace décadas- ha engordado con este asunto que hoy, de manera hipócrita y por mero interés electoral, dice rechazar. El siguiente cuadro demuestra de forma indesmentible cuán involucrados e involucradas están ciertas personalidades concertacionistas con las ilegales ganancias económicas del aún más ilegal lucro, ya sea como propietarios de un establecimiento, socios del mismo, o miembros del Consejo respectivo.

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